Lynda y su Día de la Independencia
Antes que la fuerza del internet controlara nuestras vidas, antes de Facebook, Twitter o Instagram, antes de tener un celular decente, yo solo era un adolescente típico en una ciudad pequeña de la zona cafetera de Colombia, pero de algún modo me sentía como si viviera en México. Mis primeros contactos musicales pop fueron Spice Girls y Backstreet Boys, pero cuando se trata de música en español recuerdo como mi tía escuchaba Paulina Rubio o Thalia, incluso Chayanne a todo volumen en casa, yo por mi parte escuchaba en una que otra ocasión Shakira, pero mi amor por el pop en español lo despertó Fey. Y justo me sentía en México porque podía pasar horas viendo canales mexicanos, sus novelas cargadas de dramas, sus programas de chismes, pero en especial México era muy musical, sus canales tenían programas dedicados solo a videos, Telehit era el canal perfecto para explorar el mundo pop y admito que pasé muchas horas de mi adolescencia viendo TV Azteca y las primeras temporadas de La Academia. Fueron años y años de meterme y disfrutar del pop mexicano que en muchas ocasiones no lograba un impacto mayor en mi pequeña ciudad.
Escuchar pop mexicano era un escape para mi, pero era algo inconfesable. Vivía en esa etapa en la que escondía en muchas ocasiones mi amor por la música de Fey o Kabah para evitar el bullying de mis compañeros de clase. Mi amor escondido por esa música me llevó a descubrir durante años muchos artistas, entre esos un álbum que decidí explorar hoy a mis 32 años: Mi Día de la Independencia de Lynda.
Voy a escribir sobre Lynda como tengo su imagen en mi cabeza. Yo tenía unos 12 años, había pasado el terremoto de Armenia de 1999, Geri Halliwell ya no era parte de las Spice Girls, yo escuchaba Fey y Kabah sin parar, Britney y A*Teens estaban por aparecer en mi vida. No tengo imágenes o recuerdos de Lynda antes de la etapa que voy a contarles (a mi no me golpeó su era de Gira que Gira o sus primeros álbumes). Recuerdo estar viendo uno de esos canales que solía visitar y de repente veo que comienza un video musical algo oscuro, entre colores sepia (muy Instagram), con un sonido pop-rock algo suave y un verso que golpeó mi mente: "oye tú no finjas demencia que hoy tendrás que hacer penitencia". Mi mente voló a otro planeta cuando escuché No Quiero Verte.
Había una honestidad pura en esa canción. Tal vez yo no tenía la edad para entenderla, claramente no me habían roto el corazón en esa época, pero se sentía la rabia y la fuerza con la que Lynda cantaba cada uno de esos versos y el coro pegadizo. Si mi mente estaba en otro planeta, mi cuerpo se estremeció cuando llegó al puente: "Te devuelvo cada beso que me diste y también la noche que me prometiste que nunca, que nunca, que nunca, que nunca me ibas a dejar". En ese momento nunca había escuchado a una artista cantar con tanta convicción sobre lo que sentía. En ese momento creía que había encontrado a una nueva artista para seguir.
Y si bien quería seguir su carrera, en esa época mi imagen se derrumbó cuando escuché Maldita Timidez. La canción era divertida, pero era demasiado azucarada para mi gusto, en especial cuando la comparaba con la fuerza de No Quiero Verte. Después llegó A Mil Por Hora, canción que si fue conocida en Colombia gracias a la telenovela. Después unos años después me enamoré de ella de nuevo cuando escuché canciones del siguiente álbum Pólen, el sencillo Lo Mejor de Mí tenía esa agresividad y honestidad que me encantaba, mientras Mala Leche se sentía como una canción que exploraba otros sonidos y que le estaba permitiendo experimentar a ella como artista. De repente ella desapareció del mapa. En la etapa de mis 20 redescubrí su música, ya tenía la edad para sentirme identificado con lo que cantaba, y sí, esa honestidad en sus letras era lo que me gustaba. Para esa etapa me conecté con Corazón Perdido y entendí finalmente de que se trataban sus letras.
Ahora hablemos del presente. Es 2019 y estoy escuchando Mi Día de la Independencia. Sí, le han pasado los años, en especial a esas canciones que no fueron sencillos. Se siente como un álbum noventero, pero hay algo que no cambia con los años: el sentimiento. Mi Día de la Independencia nació como la respuesta de Lynda cuando cumplió sus 18 años y sus emociones aún pueden aplicar a tiempos presentes. Yo la escucho hoy como una banda sonora de los momentos de la vida. El álbum, sus compositores y la manera como ella plasma las emociones con su voz hacen que se sienta real. Incluso cuando escuchas canciones por primera vez sientes que has vivido esas historias (me pasó con Ahí Estaré), he vivido lo que narra mi favorita No Quiero Verte unas 5 veces en mi vida (es la canción perfecta para un ex), incluso llegué a aceptar Maldita Timidez por lo que es, aunque no es de mis favoritas, es una canción que logró imprimir esa sensación de tener un crush mientras mueres por expresar ese cariño que guardas en secreto (sí, sigue siendo azucarada, pero plasma algo común que nos sucede) y es curioso que a los 18 ella le quería arrancarle hasta la camisa a ese chico. Corazón Perdido es tal vez la canción que mejor ha sobrevivido a todos estos años, esa melancolía se mezcla con un dulce sonido pop-rock y es de esas canciones que quieres escuchar en un auto, cuando cae la lluvia y cantas ese coro a todo pulmón mientras piensas en un viejo amor. Y lo vuelvo a escribir aquí, lo que me encanta de escuchar a Lynda hoy es que se siente real, no hay adornos, unicornios, fantasías, son situaciones que todos hemos vivido y que vamos a seguir viviendo. Incluso alejando el hecho que es una canción de una novela, plasmó la vida de una adolescente en A Mil Por Hora hablando de temas como la bulimia y las incertidumbres de crecer.
Hoy escucho Lynda con la libertad absoluta, de esa que me permite cantarla y escucharla a todo volumen, de llorarla si es necesario, incluso de repetirla una y otra vez sin pensar en lo que dirán porque simplemente no es un guilty pleasure para mí. Hoy también escuchó canciones de sus trabajos pasados, disfruto del pop cursi que es Dile, escucho todo el álbum Pólen, pero subo más el volumen cuando suena Lo Mejor de Mi. Lo mejor de todo es seguir descubriendo, Lynda tiene canciones nuevas, hay una que se llama Lo Mío que me gustó bastante y lo que he leído en línea o en sus redes sociales es que se prepara para un nuevo álbum, así que estaré pendiente para emocionarme y disfrutar de su música.
fíjate que acabo de verla este fin de semana en concierto en el 90's pop tour de monterrey aquí en México, y sigue igual de bella, talentosa y con una voz divina.
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