Especial Madonna: Reina de la polémica
Por: Jairo Soto (@JairoSoto)
Hay muchos que aseguran que un artista se encuentra solo con su destino. En este caso, Madonna ha sabido labrarlo, cambiarlo, darle la vuelta, desármalo y armarlo de nuevo. No por nada es de las pocas artistas que ha sabido reinventarse y tener éxito.
Los hechos que han provocado esa reinvención son los que motivan este escrito. Ella ha sabido manejar la polémica a su favor en todas y cada uno de los aspectos de su carrera. En la música, por ejemplo, empezó con su famosa y controvertida presentación en los VMA’s de 1984 cantando “Like a Virgin”, en la punta de un pastel de bodas y vestida de novia, revolcándose en el suelo. Claro, en ese entonces eso era motivo de escándalo. Ese día el mundo entendió que lo bueno estaba por venir.
Canciones como “Papa don’t preach”, con la temática del aborto, “Like a prayer”, con las connotaciones sexuales en el coro de la canción y su video musical, u “Open your Heart”, con una Madonna más parecida a meretriz de ciudad, marcaron época, hicieron portadas de revista y discusiones interminables por el “mal” ejemplo representado al alcance de cualquiera.
Escándalo se paga con escándalo
Como cualquier ser humano, Madonna vivió un momento de rebeldía extrema al lanzar en 1992 el libro “Sex”, en donde mostró bajo la lente de Steven Meisel su faceta de verdadera artista, y el nacimiento de su famoso alter ego “Dita”, mencionada en la canción “Erotica” del álbum homónimo.
A respuesta de todo lo que suscitó, ella supo responder: se quedo callada, no susurró ni media palabra y decidió desahogarse en su siguiente álbum “Bedtime Stories” con “Human nature”. Con la frase "A little 'Fuck you' to all the up-tight prudes of the world" (Al Diablo los conservadores y mojigatos del mundo), la canción es una invitación a expresarse libremente sin importar las ataduras.
Más tarde, la familia estaría en primer lugar y con la llegada de Lourdes, su primera hija, se pensó en que la “chica material” cesaría en su intento de ser noticia, y fue así por unos momentos. En 2003 saldría a la venta “American life”, un claro mensaje político al mundo por el error de Estados Unidos al desencadenar una injustificada invasión a Irak, luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en el World Trade Center.
El video de la canción si alcanzó a ser censurado en muchos países del mundo por su alto contenido violento que mostraba las mismas imágenes de los noticieros sobre la guerra, solo que con sarcasmo y sátira.
“I have a tale to tell”
El crucifijo que utilizó durante el Confessions Tour para llamar la atención mundial por los muertos en África a causa del SIDA también es uno de esos capítulos para recordar. Del mismo modo, el beso que le dio a Britney Spears y a Cristina Aguilera en los VMA’s del 2003 cuando cantaban “Hollywood” fueron momentos que hicieron historia y que hoy es repetido como algo tan normal, pero nada como vivir el momento caliente y la presión mundial ante el performance.
En fin. Madonna nos ha enseñado por años que la reinvención no es solo musical, es también de actitud. No lo veo como un acto desesperado para llamar la atención si se tiene en cuenta que esa táctica es usada hoy por muchos artistas que desesperadamente recogen ideas a medio camino y piensan en imponer un estilo, cuando en realidad son, en el fondo, estrategias de mercadeo y ventas.
Madonna estuvo libre de eso. Fue su opinión y rebeldía la que imperó, sobre la idealización de varios empresarios y productores que pretendían dominar a un “animal” que jamás tuvo punto de resocialización y que quería actuar distinto a los demás. Finalmente, la esencia cíclica es lo que más recordamos, sus frases con doble sentido, lo visual y expresivo de sus ideas y una que otra retorcida experiencia tratando de desafiar a los dobles moralistas que critican su trabajo, pero gozan consumiéndolo.
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