Hablemos de la Cuarentena | La música como método para sentirse bien



Estamos pasando por tiempos difíciles, con la cuarentena la vida tomó un giro inesperado y nuestro día a día se tuvo que ajustar a nuevas maneras de trabajar, de comunicarnos, de cuidarnos.

Durante los primeros días no me sentía mal, de hecho parecía que podía estar activo y dedicarme a varias cosas al tiempo, incluso escribí 2 entradas en el blog durante ese comienzo de aislamiento, pero 30 días después de estar en mi apartamento debo decir que me hace falta salir a comer a un restaurante, salir a bailar, reunirme con amigos, ir a cine, ir a tiendas de discos.

Esta es como la entrada de un diario, porque entré en un estado de ansiedad, de aguantarme por días las ganas de llorar, después pasar a romper en llanto por la cosa más mínima, porque paso demasiado tiempo mirando fijamente el cielo, la pared blanca, el estante de los CDs o la ventana de mis vecinos. Comenzó a afectarme el mundo digital, de repente ver que en un mes de cuarentena en Instagram o Twitter muchos parecían haber logrado un equilibrio perfecto en sus vidas con rutinas de ejercicio, libros leídos, haciendo cursos y descubriendo miles de habilidades. Luego estaba yo, mirando de nuevo al techo, comparándome con estos seres, queriendo estar como ellos, pero sin la energía suficiente para levantarme y hacer de mi día algo diferente. Sin diseñar, sin cocinar, sin leer, disperso en el trabajo.

El punto fue que me di cuenta que todos vivimos procesos de maneras diferentes, compararme con la vida de otros no traía nada bueno. No se trata de una competencia de quién es más productivo o creativo durante esta época de aislamiento social.  Y como si fuera una frase de esas que vemos en cuentas de motivación, me di cuenta que es muy cierto eso de “Está bien no estar bien”. Está bien no hacer rutinas de ejercicio todos los días, está bien no leer, está bien no aprender una nueva receta, está bien no hacer cursos porque simplemente otros lo hace, está bien sentirse mal, está bien querer escuchar música mientras no haces nada.

Y justo ahí me di cuenta de algo (de hecho me lo reforzó alguien en Twitter), no significa que no esté haciendo nada, me di cuenta que si he realizado acciones para intentar sentirme bien y justo eso es escuchar música.

Entre esos largos momentos que me quedo mirando mi zona de trabajo, al ver el estante de mis CDs y vinilos, me di cuenta que hay muchos álbumes que llevan tiempo guardados, que no recordaba o que no he escuchado completos en años. Me di cuenta también que con el mundo del streaming nos acostumbramos mas a escuchar las canciones que nos gustan, pero ya no le dedicamos el tiempo de escuchar un álbum de comienzo a fin. Así que mi tarea de cuarentena (sin saberlo y sin programarlo) se había convertido en recordar, escuchar y retomar estos trabajos de artistas que hacen parte de mi colección. Empecé con esos álbumes que no están disponibles en plataformas, por ejemplo Come and Get It de Rachel Stevens, Esperanto de Kabah e incluso la banda sonora de Pokémon The First Movie. Después me dediqué a los vinilos, desde Madonna (los álbumes clásicos), hasta aquellos que llevaba un largo tiempo sin escuchar como los de Sia, Broods y Bastille. Me tomé el tiempo para escuchar Melanie Martinez, Gwen Stefani, The Corrs, Savage Garden y Ace of Base. Y esa ha sido mi cuarentena, empaparme de música, de escuchar historias, de darme cuenta como un CD o un vinilo pasa de ser un simple álbum con 12 o 15 canciones, a ser un cuento que narra las aventuras de un artista. Volví a despertar y a vivir esa experiencia que amo, de abrir la caja, dar play al disco y ver el booklet, las fotos, revisar el arte, analizar el concepto, leer los créditos.

Sí, tal vez no sea tan productivo o no esté aprendiendo a tocar 5 instrumentos, tampoco estoy haciendo cursos de marketing digital o yoga en las mañanas, pero si puedo decir que estoy haciendo algo, disfrutando de la compañía de la música, descubriendo canciones, redescubriendo otras, entendiendo letras y conectándome con artistas a los que nunca les había prestado atención antes.

Finalizo esta historia sobre mi aislamiento con una playlist. Los invito a escucharla, pero en especial me gustaría que si le dan play lo hagan en modo ALEATORIO, que las canciones sean una sorpresa, para mí lo más bonito ha sido explorar canciones y artistas, así que quiero que ustedes también lo hagan. Hay de todo en esta playlist, princesas pop, indie, electrónica, baladas, canciones conocidas, otras no tanto, b-sides, covers. Todo es una sorpresa, así que activen el shuffle y déjense llevar.

Lo último que puedo decir es, vivan este tiempo como ustedes lo deseen llevar, no se presionen, no se comparen con otros, no olviden que si hoy no se sienten creativos o productivos, mañana será un nuevo día, vívanlo a su tiempo y hagan las cosas que ustedes sientan que deben hacer para sentirse bien, no porque otro se los dice.

Ahora sí, den play y vivan esta playlist en aleatorio para transportarse con la música a otros mundos.


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