Música y depresión
Abracen sus álbumes favoritos porque son los mejores amigos que pueden tener en este momento.
Estamos pasando por una época complicada, llena de mensajes de autoayuda, de escuchar que tenemos que reinventarnos, nos sentimos presionados a aprender o a crear cosas nuevas todos los días, vemos a nuestros vecinos con grandes letreros que dicen que todo va a estar bien y cada vez más vemos posts en redes que dicen que está bien no estar bien y nos damos esas palmaditas en la espalda para motivarnos y no caer en la tristeza en estos momentos tan difíciles. Pero la vida es complicada, la presión cada vez es más grande y llega el punto en el que hoy yo como persona, como un ser humano que está viviendo demasiadas emociones, debo decir que estoy pasando por un momento de depresión y ansiedad.
Decidí escribir un poco de esta historia, sin llenar esta entrada con detalles personales, pero lo hago porque he visto que otras personas están pasando por momentos similares. Aunque la situación no sea la misma, hay dolor, hay llanto y momentos de desesperación y tal vez al contar un poco sobre lo que estoy viviendo, puede ayudarle a otra persona que esté comenzando a pasar por estas emociones similares.
2020 es un año súper complicado, cargado energía negativa y de muchos cambios. Para mí uno de esos cambios representó comenzar de cero. Este nuevo comienzo representó estar solo, que la vida como la conocía cambió en un cerrar de ojos: estar en soledad, acostumbrarme a una nueva rutina, problemas económicos, un nuevo espacio, alejarte de seres que querías. Perdí el mundo que conocía, al que ya estaba acostumbrado.
La depresión me hizo poner unos muros a mi alrededor, para que nadie viera el dolor por el que paso, porque siento que nadie puede comprender mis emociones, porque siento miedo de ser juzgado y en todo este proceso encontré una compañía en la música.
En medio de esta combinación de emociones que siento, la música es la que me ha ayudado a liberarme. Hay que llorar porque hay que dejar que las lágrimas de alguna manera se lleven el dolor que se siente. Hay que sonreír porque al final también hay que recordar todas las cosas bonitas con melodías que te puedan transportar a esos momentos en los que te sentías feliz. Hay que bailar porque hay que dejar que el cuerpo vibre y libere su energía. Hay que cantar a grito herido porque hay que expresar todo lo que sientes.
Seguro que si alguien me preguntar este momento ¿cómo te sientes? no sabría que responderle, en especial porque mis emociones cambian cada hora. Porque hay momentos que me siento como Sia en I'm In Here pidiendo ayuda a gritos, pero luego paso a esos momentos de motivación en el que cantó a todo pulmón Stronger de Britney. He encontrado historias fabulosas para desconectarme por unos minutos de este mundo en Folklore de Taylor Swift e incluso he visitado mi adolescencia repitiendo Breakaway de Kelly Clarkson. En las canciones encuentro mensajes, consejos y maneras de expresar lo que siento, incluso es como estar en una conversación con un viejo amigo. En esta época me he reconectado con álbumes que no había escuchado en mucho tiempo, canciones que no recordaba, he recorrido toda una ruta sonora para intentar encontrarme a mí mismo y descubrir cuál debería ser mi próximo destino.
Como en una playlist bastante divertida que encontré en Spotify que se llama Hora de la Lloración, estoy en esa época de llorar y llorar, de despertarme queriendo que el día se acabe para volver a la cama y repetir lo mismo al siguiente día, pero todo es un proceso, no significa que me vaya a quedar estancado ahí, tal vez pronto sea la hora de bailar, la hora de cantar, la hora de crear nuevas cosas, simplemente en este momento estoy viviendo y sintiendo el dolor hasta llegar al punto en el que me sienta fuerte para levantarme y crear un nuevo mundo frente a mí.
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