Sálvame RBD: Un viaje en su discografía

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¡Sálvame RBD! 2020 ha sido complicado y tener a la mano la música de RBD era la única manera de sobrevivir a la ansiedad de este año. Ahora toda su discografía está en plataformas digitales como Spotify y más allá del viaje nostálgico de escuchar canciones como Nuestro Amor o Solo Quédate en Silencio a todo volumen, este es un viaje para apreciar lo que su discografía en realidad nos dejó.

Cuando la locura de RBD reventó yo apenas comenzaba la universidad y amar sus canciones era algo que generaba burlas frente a grupos sociales, así que por años viví esta fachada de convertirlos en un guilty pleasure, pero en realidad amaba su música en secreto. Ahora a mis 33 años puedo decir que sus canciones me transportan a la adolescencia, pero también para decir que hay una conexión mas allá de sus coros pegadizos.

La discografía de RBD es especial y la podemos disfrutar en todo su esplendor, sin penas, sin comentarios y todos cantando a grito herido SÁLVAME DEL OLVIDO. Ahora hagamos un recorrido en estos álbumes de RBD con Dulce María, Anahí, Maite, Christian, Christopher y Alfonso.

El primer álbum no solo fue la explosión de la RBD-manía, es el álbum perfecto de pop adolescente: coros pegadizos, letras sencillas y repetitivas con mensajes genéricos para que los jóvenes sintieran algún tipo de conexión, a eso se le suma una promoción exhaustiva que va desde la serie, conciertos y miles de productos de merchandising. Este primer álbum no es una obra maestra, es una producción sencilla, no muy pulida, pero armada de manera inteligente porque todos recordamos la mayoría de canciones. En Colombia al menos no se sentía el orden de los sencillos promocionales porque todo el álbum sonaba en las emisoras, muy bien podía sonar Sálvame, pero 20 minutos después sonaba Cuando el Amor se Acaba o Fuego. Dulce María, Anahí y Christian llevaron la mayoría del peso en este álbum, ellos son los que sostienen la mayoría de temas, sus voces eran fáciles de identificar y con un sello tan único que le dieron una personalidad que los destacó de otro tipo de pop latino en la época. 

Ahora, vamos a Nuestro Amor que fue el segundo álbum y en este ya hay un sentimiento diferente. Personalmente el álbum no me gustó cuando salió, porque en ese momento sentía que era un intento de repetir el éxito del primero, un intento de crear canciones pegadizas y nada más. Lo admito, me equivoqué. Nuestro Amor es tal vez el álbum de RBD que debería pasar como su disco clásico. Ya no se trató de cantar cosas por cantar, ya existían historias más relevantes y nosotros nos conectamos, con el tiempo esa conexión se hizo mas fuerte.

Nuestro Amor es el diario de nuestra adolescencia. Son los dramas y romances (Aún Hay Algo), amores difíciles (Este Corazón), la rebeldía (Así Soy Yo) y al final se trata de las aventuras de la vida. Si hay una canción que puede definir la importancia de este álbum es Tras de Mí, una canción que es la banda sonora de la generación que creció con RBD. Al escucharla hoy es transportarnos a todo eso que dejamos atrás, las canciones, los momentos, los amigos, los romances tontos, todo. Tras De Mí en ese momento era el viaje que queríamos emprender, hoy es el recuerdo del viaje en el que recordamos lo aprendido y la nostalgia de todo lo que se vivió. Nuestro Amor cerró el ciclo más grande de RBD como grupo que llegaba a un público más general.


Después de Nuestro Amor los álbumes de RBD no llegaron a públicos tan amplios. Celestial nos regaló Ser o Parecer que es tal vez su sencillo más sólido en todos los sentidos, con un gran valor emocional para los fans, pero incluso aquellos que no son seguidores de la banda se la saben y la pueden cantar a gritos. Pero Celestial no tenía el mismo poder, el carisma o la energía de los primeros. Como es normal en cualquier fenómeno musical, es imposible mantener el éxito en cada álbum y aunque este trabajo logró conquistar a los fans del grupo, el público general parecía perder el interés, incluso yo para ese momento solo escuchaba esporádicamente el álbum repitiendo las mismas tres canciones (Ser o Parecer, Celestial, Besame Sin Miedo, Tu Dulce Voz). Por otro lado está Rebels, su álbum en inglés que cometió el mismo error que muchos artistas latinos que intentaron el famoso crossover, un álbum que intentó mezclar muchos estilos que no llevaron a ninguna dirección clara: sonidos latinos, rock-pop, baladas, eso sin mencionar la barrera del lenguaje hizo que para algunos integrantes el inglés se sintiera un poco más forzado que en otros a nivel de pronunciación.

Y finalmente tenemos los dos álbumes que pasaron desapercibidos. El primero es Empezar Desde Cero, que le dio a Maite Perroni su primer sencillo con vocalista principal. Una apuesta alejada del típico rock-pop adolescente y se inspiraba mas en un electro-pop ochentero. El sonido de este álbum es diferente, atrás quedaron los coros pegadizos y las letras sencillas, aquí las historias se hacen más profundas, son adultos cantando de diferentes situaciones de la vida, ya no se trata de relaciones adolescentes, ahora son historias de pareja, ya no hay historias de jóvenes rebeldes que quieren hacer locuras, ahora las historias son de aprendizajes de los errores cometidos. Este álbum es un pop más adulto, con algunos elementos de los años 80 y es tal vez el álbum más sólido de RBD a mi gusto. Y no podemos olvidarnos de Para Olvidarme De Ti, el álbum que literal se quedó en el olvido. Sin promoción y siendo este el álbum de despedida, se enfocó en baladas mas emocionales, aunque algunas canciones intentaron recuperar ese brillo de los primeros álbumes con canciones sencillas y coros que invitan a cantar. Incluso en este álbum hacen un experimento con sonidos más electrónicos con el tema Puedes Ver Pero No Tocar que es la más divertida de todo el álbum (eso no significa que sea la más sólida) y que le dio un aire fresco entre tanta seriedad que maneja el álbum en general.

RBD como grupo marcó nuestra adolescencia y sus canciones parecen páginas de diarios que van pasando página a página por nuestras mentes. De eso se trata la nostalgia, de transportarnos en el tiempo, de revivir los mejores momentos, de repasar lo aprendido en la vida y de sentirnos adolescentes otra vez con solo darle play a una canción.

Estos son los coros que gritamos en la adolescencia y que repetimos con orgullo ahora como adultos.


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