El amor y las canciones pop


"The trouble with love is, it can tear you up inside, make your heart believe a lie, it's stronger than your pride."

Ya lo diría Kelly Clarkson en su canción The Trouble With Love Is, tema en el que describe los aspectos positivos y “hermosos” que nos venden sobre el enamoramiento, para llegar a un coro que destroza todo lo poderoso que puede ser el amor. Y me encanta este tema porque al escucharlo ahora se siente bastante real.

Se me ocurrió escribir esta entrada porque la música pop siempre nos ha mostrado diferentes facetas del amor a través de los años. De seguro han escuchado o en algunas ocasiones hablado sobre cómo el entretenimiento, ya sea música, películas, libros, nos “educaron” sobre estar enamorado. De hecho es común que se hable de cómo las princesas Disney nos vendieron esa idea perfecta sobre el amor y cómo pudo afectar a las generaciones que crecieron con esas historias. Bueno, mi equivalente a las princesas de Disney es la música pop.

Crecí escuchando música sobre tener un crush, porque mi adolescencia la viví en esa etapa dorada del pop cuando Britney y Christina batallaban en los charts, S Club 7 y A*Teens eran los grupos mixtos más populares, y obviamente las boy bands eran lo más candente a nivel comercial. Todos tenían algo en común: expresaban el amor como esta necesidad, algo que debían tener para ser felices, de ese amor inalcanzable, de cómo un beso podría cambiarles la vida. Yo consumía esa música como si fueran dulces y tal vez eso me llevó a esa idealización sobre el amor, el romance, de querer encontrar a la persona indicada y entregarle mi vida. 

Pero antes de hablar de esas canciones con las que yo crecí, quiero analizar un poco lo que pasaba antes de esa etapa del pop adolescente que es escuchó entre 1998 y se extendió hasta el 2002, un sonido y un estilo tan definido que es común pensar que canciones lanzadas durante el 2001 las pensamos como noventeras.

El pop en los 90s era diferente a eso que siempre nos imaginamos, porque siempre nos trasladamos a pensar en Spice Girls, Britney o Backstreet Boys, pero al panorama era diferente a comienzos de la década, por ejemplo, Paula Abdul disfrutaba del éxito de Spellbound en 1991, pero después de un largo descanso no logró retomar su carrera musical en 1995 con Head Over Heels. Madonna estaba en una de sus etapas más controversiales y durante esa década el público recibió Erotica (1992), Bedtime Stories (1994) y finalmente Ray of Light (1998). Con una base de fans ya establecidos, artistas como Madonna y Paula Abdul comenzaban a hablar de temas más adultos, mientras el punk se sentía más real al mostrar un lado más rebelde, mensajes contra el sistema y donde aquellos que se sentían incomprendidos tal vez encontraban su lugar. El pop entonces no tenía una fuerza tan grande en esa etapa (motivada en parte por el escándalo de Milli Vanilli), excepto por New Kids On The Block que también habían establecido su fanaticada a finales de los 80 y Boyz II Men cuyo sonido se movía más entre el R&B y el soul.

La influencia pop más grande llegó desde Europa. Con el surgimiento de Ace of Base, el pop europeo es el que sobresale en la década y crea una influencia en los sonidos que se tomarían el mundo en los siguientes años, además tengamos en cuenta que con el grupo Max Martin dio sus primeros pasos y también nos encontramos con el surgimiento de Robyn, donde Martin también participa. El sonido e imagen de Ace of Base y Robyn inspiraron el teen pop que llegaría años después, pero eso es conversación para otro post, pero ¿qué tiene que ver todo esto con el amor?


Si entramos a analizar la letras de las canciones de estos artistas durante esa etapa de los 90, nos vamos a encontrar con canciones muy adultas. No se dejen llevar por las melodías pegadizas, porque en muchos de los casos los temas iban a mensajes profundos y temáticas complejas que se mezclaban en melodías que te hacían bailar. Se comenzaba a hablar de sexo, de problemas de pareja, si bien existía el romance, se hablaba de una manera un poco más sería, incluso cuando entramos al álbum debut de Robyn, aunque el contenido intentaba ser más adolescente, se hablaba desde la exigencia de respeto en el amor y de no querer ser la burla dentro de la relación. De hecho en la época se sentía una gran influencia de ABBA, no solo a nivel de sonidos, también en las letras. ABBA lograba un gran equilibrio en contar historias profundas, cómo por ejemplo una separación, y convertirlas en algo pegadizo (por ejemplo Knowing Me, Knowing You o The Winner Takes It All). Por otro lado, el R&B y los sonidos pop que se marcaban con los éxitos de Boyz II Men se enfocaron en el romance y la conquista (en muchas ocasiones el sexo), de esas canciones sobre sentir que te quedas sin respiración, que no puedes vivir sin la otra persona y que vas a amar para siempre. Eran diferentes perspectivas del amor, pero la mayoría de estas se sentían desde puntos de vista muy adultos.

También nos encontramos con Mariah Carey, Céline Dion y Whitney Houston, con baladas poderosas y elegantemente creadas, escritas de manera poética y que expresaban historias sobre amores eternos, de amores tan fuertes que podían sobrevivir cualquier cosa, incluso las canciones tristes y de rompimiento, buscaban soluciones o expresaban el amor que aún conservaban por esa persona especial que ya no estaba.

Mi etapa de escuchar música pop inició a finales de los 90. Un primer punto de referencia es Fey. Su música, por muy rosa que suene, estaba construida a partir de metáforas, que aunque en muchas ocasiones sonaban cursis, cuando la analizas con más cuidado se exploraban muchas etapas del amor, desde el enamoramiento, la relaciones, los conflictos internos y las despedidas. Y mi siguiente conexión pop, y en parte una de las más importantes para mi, son las Spice Girls. Si entramos a finales de los 90s, la cultura pop vivió una explosión en todos los sentidos, series de TV, películas, juguetes, videojuegos. Los niños y adolescentes se convirtieron en el objetivo principal de las empresas, todos querían conquistar a ese público porque significaba mucha ventas. Las Spice Girls son un gran ejemplo de las estrategias de marketing exitosas de la época, pero también a nivel de letras fueron algo importante. Ellas no hablaban del amor cómo los otros artistas. Ellas hablaban desde el respeto y el amor propio, del valor de la amistad por encima de las relaciones amorosas, de sentir confianza en su cuerpo, de empoderamiento e incluso lograron que niños alrededor del mundo cantaran sobre sexo seguro con 2 Become 1


Y así comenzamos a llegar a la etapa del pop adolescente que marcó a mi generación. Crecí escuchando pop donde te vendían la ilusión del amor como algo increíble, como algo que te hace temblar, que te da tranquilidad y te hace feliz. En las canciones pop de esa época poco se hablaba de los problemas del amor, de hecho se centraban en temas como “la soledad me va a matar”, “voy a hacerte feliz”, “estaremos juntos por siempre”, y en especial de ese enamoramiento loco por un crush que ni te da la hora. Yo sin saber lo que era el amor, me dejaba llevar por canciones como Sometimes de Britney, Upside Down de A*Teens, I Think I'm In Love With You de Jessica Simpson y Two In a Million de S Club 7. Pero al crecer te das cuenta que esas letras no eran del todo verdad, pero se sentía bien creer que si eran parte de una realidad. A mis 16 con mi primer noviazgo yo me sentía en las nubes, le di valor a nuestro primer beso y a nuestra primera vez. Podía sentirme relacionado a tener un crush, al periodo de conquista y a enamorarme de alguien por primera vez. Con el tiempo también entendería las canciones de despecho, dolor y sufrimiento. Pero si bien, esas canciones las adoptas y las quieres vivir, pensándolo ahora como un hombre de casi 35 años, eran letras escritas por hombres mayores sobre una idealización del amor, presionando a mujeres adolescentes a cantar sobre la necesidad de un chico en sus vidas. Crecimos bajo historias escritas por hombres mayores sobre la virginidad, sobre estar con una persona especial y sobre todas las cosas que haríamos por lograr el amor. Las princesas pop enamoraron a los chicos e inspiraron a las chicas con canciones sobre la inocencia y de cómo lo van a entregar todo por esa persona, mientras las boy bands cantaban expresando promesas de amor eterno y de nunca hacer sufrir.

Y ahí quedé yo, atrapado entre canciones pop sobre creer en el amor.

El panorama ahora es diferente. Si bien existen todavía esas románticas canciones, el pop de ahora va más enfocado a disfrutar el momento, a sentirse sexy y al drama de no encontrar a la persona ideal. El amor es algo tan efímero ahora que la música siendo el soundtrack de la vida, también cambió, y ahora las historias son de amores casuales. Es más fácil encontrar y conectarse con canciones sobre depresión, que te inviten a ser fuerte o sobre emborracharte por el dolor que te han causado, que sobre fantasías sobre encontrar a alguien especial.

Y así, a mis casi 35 años me quedé atrapado en una idea del amor que sale de canciones del 2000, yo no pude cambiar con el tiempo y me dejaron siendo una persona romántica que espera un amor recíproco, pero choco frente a una generación que ya no busca un beso especial que cambie su vida porque se vive bajo el lema de “un beso no se le niega a nadie”, bajo canciones sobre sexo casual o de vivir el día a día sin compromiso. Ya no se canta sobre construir el amor, se canta sobre relaciones pasajeras. Ya no le cantamos al crush, ahora se le canta a la persona con la que quieren ir a la cama. Ya no cantamos al sueño de vivir un amor bonito, ahora solo cantamos sobre levantar en la disco. Por eso las canciones de corazones rotos son más populares, porque el amor se ha convertido en algo más desechable, algo que pasa, se sufre y llega otro en cuestión de semanas. Se sufre unos días y ya se está listo para el siguiente.

Por eso hoy me siento más identificado con Olivia Rodrigo (así seamos de generaciones tan lejanas), porque al final de todo, para mí estar llorando en el piso de mi baño es algo de mi día a día.

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