Coleccionista de nostalgia


Los finales y comienzos de año son complejos. En cada cierre de año uno se hace propósitos y en los primeros meses estás con la mente positiva en que ese será un año mejor. Para mí todo este periodo ha estado acompañado de tusas, tristezas, gastos y responsabilidades de ser adulto, acompañado de una obsesión por ver Sex and The City cada noche y un día no pude evitar preguntarme… ¿Estoy perdiendo la pasión por coleccionar música o simplemente me he convertido en otro tipo de coleccionista por esas diferentes coyunturas de la vida?

He pensado mucho que la cantidad de objetos no es lo que hace especial una colección, lo realmente especial es lo que puede representar cada elemento por pequeño que sea. Cuando comencé mi cuenta de Instagram @mrmrcharlie y a involucrarme en el mundo de los coleccionistas de música en esta red, me encontré con diversas personalidades y formas de coleccionar. Personas que prefieren coleccionar ediciones japonesas, otros que coleccionan vinilos, otros se concentran en coleccionar de un solo artista o banda, otros que lo hacen por décadas musicales, algunos que aman los lanzamientos retro y usados, otros que prefieren las versiones nuevas y coloridas. Así podría seguir mencionando diversos estilos. ¿Yo qué sería entonces? Por un tiempo me lo pregunté y en varios contenidos comencé a definirlo, me siento como un coleccionista de nostalgia.

La razón que me hace sentir como coleccionista de nostalgia están atadas a esos cambios en mis deseos, gustos e intereses a través de los años. Por ejemplo, yo amaba a J.Lo, pero después de This Is Me… Then no compré nada más de su discografía hasta llegar a Love?, en algún momento pensé “esa colección está incompleta”, pero para qué comprar álbumes simplemente por tenerlos todos, si esas canciones no me llegaban al corazón, si no me despertaban ningún tipo de interés.

Comencé a darme cuenta que mi impulso para comprar música viene de las emociones que despierta en mí la música. Si les cuento rápidamente de algunos de los últimos CDs que compré al ir a mercados de las pulgas o en esos almacenes que venden todo a precio muy bajo, todos esos fueron porque representaban algo en mi vida: Aquarium de Aqua me llevó de nuevo a mi niñez, Mi Día de la Independencia de Lynda me recordó la pasión que sentía por el pop mexicano en mi adolescencia y la banda sonora de Coyote Ugly porque Can’t Fight the Moonlight fue de esos momentos en mi juventud que dije “wow, esto es perfección pop”.

Eso es algo que me hace sentir bien de mi colección, que cada elemento tiene su historia, ya sea por su música, su arte o incluso la historia de cómo llegó ese CD o vinilo a mi casa. Me pueden recordar amigos, parejas, momentos, cada uno me llena de nostalgia, porque cada uno puede contar su propia historia.

La música siempre me lleva a momentos, personas, situaciones. Cada álbum cuenta una historia.

Fue durante el 2021 que se hizo más fuerte este concepto de coleccionar por nostalgia y es una razón que golpea fuerte: ser un adulto responsable. La vida va cambiando y las prioridades son otras. Lo que gastaba mensualmente en CDs y vinilos, se convirtió en el presupuesto mensual de mi perrita Ginebra. Fue el año en el que salí de mi apartamento en el que viví mi tusa, para vivir en una zona tranquila y en la que siempre quise vivir. También decidí que el dinero lo quería invertir en experiencias, así sea ir a comer, al cine con mis amigos, tal vez tener un date o comprar la entrada para el concierto de Dua Lipa.  Sí, las prioridades cambiaron.

También hay que tener en cuenta cómo la industria musical ha cambiado y que todos nos comportamos diferente, porque todos coleccionamos de maneras diferentes. Por ejemplo, si Taylor Swift lanza un álbum con 9 portadas, yo no siento la necesidad de tener las 9 ediciones. Me encanta ver a los fans apasionados que los compran, los exhiben en sus hogares en lugares especiales y de verdad siento una admiración profunda por ellos, pero simplemente yo fui feliz comprando el vinilo con la portada que más me gustaba, un CD con otra portada alternativa, y ya está.

Y es la misma industria la que nos ha llevado a consumir más y más estos formatos físicos. Tenemos estos famosos bundles en cada lanzamiento. Entonces ya no es solo comprar un CD, ahora te venden todo el paquete de CD, vinilo y cassette, pero también otro paquete que incluye el picture disc, o un paquete de 3 cassettes de colores diferentes, o un CD deluxe con un libro lleno de fotografías o un paquete aparte con un objeto autografiado, y así los bundles cambian y cambian, y los más fanáticos gastan y gastan en estos objetos. En esos momentos comienzo a darme cuenta que todos estos objetos llenan los estantes, pero no llenan un lado emocional.

Un ejemplo es DISCO de Kylie Minogue, que justamente usé como portada de este blog. Tengo una versión en vinilo (y salieron muchas más, incluyendo una que brillaba en la oscuridad), el CD deluxe, el CD standar (por el autógrafo), los 3 vinilos de los sencillos y la versión guest list que incluía el concierto en blu-ray. ¿Necesitaba todo esto? La verdad, no. Con solo el vinilo y la versión guest list era suficiente. Pero son esas ganas de consumir como si se tratara de una droga y yo decidí parar.

Otro comportamiento que comencé a notar era la rapidez de las publicaciones dentro de la misma comunidad de coleccionistas con los nuevos lanzamientos. Cada viernes mi Instagram estaba lleno de vinilos y CDs de los lanzamientos del día, teniendo en cuenta que la mayoría eran de Europa o Estados Unidos que podían acceder más rápidamente a estos. Al entrar a Instagram los fines de semanas solo se ven fotos de un lanzamiento en particular, en algunos casos no se sabe a quién le has dado like, porque todas las fotos son similares. Entonces si yo publicaba mi vinilo un mes después, ya todos estaban ocupados en otros lanzamientos. Y si bien no es una competencia, es el pensamiento de compararse con otros el que comienza a generar un daño.

Le di un Stop a mi colección. Admiro demasiado a los coleccionistas de música, los sigo, les doy like, comento, me encanta ver a través de sus cuentas los colores, los artes y leer sus recomendaciones. No significa que yo ya no sea parte de esa comunidad, simplemente ahora la veo desde otro punto de vista. La última vez que compré un álbum fue DISCO Guest List de Kylie, los otros CDs o vinilos que han llegado a mi vida han sido regalos de personas especiales. Pasé de gastar mucho cada mes a solo comprar un CD en los últimos 5 meses, algo que es difícil de creer para las personas más cercanas a mi entorno. Me siento feliz y tranquilo de esta manera. Claro, me encantaría tener muchas cosas más, en este momento podría mencionar lanzamientos o ediciones que me gustaría comprar ya mismo, pero aprendí a detenerme por un momento y pensar si de verdad es algo que me va a llenar, o si el dinero que invertiré en esa compra se puede convertir en una experiencia o en algo que me aporte de mejor manera en mi día a día.

Esto tampoco significa que mi cuenta de Instagram vaya a cambiar o que nunca compraré más elementos de música. Seguiré comprando (cuando sienta algo especial) y compartiendo, publicando recomendaciones e historias a través de fotografías, videos y este blog porque me encanta escribir. La música pop es mi vida, me encanta compartir de este mundo y es así cómo me doy cuenta que mi colección todavía tiene muchas historias para contar, muchas canciones por recomendar y muchas fotografías para trasmitir esta pasión que me une a personas cómo tú, que llegaste al final del artículo, por el amor a la música.




2 comentarios:

  1. Creo que es un excelente Blog, la música inspira el pop se perdió hace mucho como era, son pocos los que quedan aún recuerdo mi cd de escarcha y mi casette de Shakira jajaja en fin épocas

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